jueves, 21 de marzo de 2013

¿Qué es el estreñimiento y hay alguna forma de prevenirlo?


¿Qué es el estreñimiento?



El estreñimiento es una patología frecuente en España, ya que afecta a casi 14 millones de personas.

La forma en la que se manifiestan los problemas varía dependiendo de los casos: en algunas personas se concreta en la poca frecuencia de las deposiciones (menos de tres veces por semana), pero también puede tratarse de una sensación de evacuación incompleta, de que se produzca la expulsión de heces duras en más del 25% de las ocasiones o, incluso, de molestias como distensiones abdominales, dolor al defecar o meteorismo (abultamiento del vientre por gases acumulados en el tubo digestivo).


Se distinguen dos tipos de estreñimiento: el pasajero y el crónico habitual, que puede derivar en la aparición de hemorroides, fisura anal o incluso de fecalomas (masa seca de heces extremadamente duras), entre otras patologías.

¿Por qué no puedo ir al servicio con normalidad?

En la mayoría de los casos, el estreñimiento es consecuencia de ausencia de ejercicio, factores psicológicos y malos hábitos dietéticos, fundamentalmente por una alimentación pobre en frutas, verduras o fibras vegetales y por ingerir pocos o insuficientes líquidos. Así mismo, también pueden influir la inmovilidad por un accidente u operación, los viajes y cambios de hábitos, la ingestión de algunos fármacos (como los antiácidos a base de calcio y aluminio) y, en las mujeres, la gestación y el parto.

Además, los casos de estreñimiento son dos veces más frecuentes en mujeres que en hombres y esta diferencia se incrementa con la edad, sobre todo a partir de los 65 años. Esto se debe a que, con el tiempo, el intestino se vuelve “perezoso” y empieza a no realizar correctamente sus funciones. Así, entre los ancianos aumenta el número de afectados y la necesidad de utilizar laxantes.

Por último, en el 10% de los casos, el estreñimiento puede ser también un efecto secundario de enfermedades endocrinas o metabólicas (fundamentalmente relacionadas con la función tiroidea, al producir esta trastornos en los movimientos peristálticos del intestino), neurológicas (al provocar la debilidad de los músculos de la pared intestinal) o de enfermedades en el tubo digestivo (como las obstrucciones por tumores o inflamaciones).

¿Hay alguna forma de prevenirlo?

El estreñimiento puede prevenirse y tratarse con unos hábitos de vida y alimentación saludables:

  • Con una dieta rica en fibra: La fibra favorece el tráfico intestinal, por lo que un incremento gradual y continuado de alimentos que la contengan redunda en una mejor regulación a largo plazo. Se recomienda ingerir aproximadamente 20 o 35 gramos al día, y puede encontrarse en la verdura (como el brócoli, la col, las espinacas, la coliflor, los tomates, la lechuga…, de los que se debe ingerir de tres a cinco porciones diarias), la fruta (de dos a cuatro piezas y, a ser posible, con piel), los frutos secos, las harinas integrales y el salvado de trigo.
  • Evitando el exceso de dulces: Los azúcares y caramelos endurecen las heces, dificultando su eliminación. Los quesos curados y el arroz tienen un efecto similar, por lo que es conveniente moderar su consumo.
  • Bebiendo agua: Una correcta hidratación es muy importante para favorecer las digestiones y la evacuación. Por ello, es esencial aumentar el consumo de líquidos, de un litro y medio a dos al día, y crear una rutina para ello.
  • Practicando deporte: El ejercicio físico habitual favorece así mismo el tráfico intestinal, principalmente cuando se trabajan los músculos abdominales y se realizan determinadas maniobras postulares (como colocarse en cuclillas).
  • Estableciendo unas rutinas defecatorias regulares: Contar con unos horarios más o menos fijos y que permitan ir al servicio sin prisas es muy importante. En el caso de los niños, este factor cobra especial relevancia, ya que creando una pauta de conducta ordenada desde la infancia se favorece su aprendizaje para el futuro.

 

¿Y si con esto no es suficiente?

Los laxantes son una solución complementaria en casos en los que la alimentación y los hábitos saludables por sí solos no dan el resultado esperado. Se trata de medicamentos que, mediante distintos mecanismos de acción, favorecen la correcta evacuación de las heces. Se clasifican en cinco tipos distintos:

  • Incrementadores de bolo fecal: creados con sustancias que contienen fibras no digeribles y que se hinchan con la absorción de agua. Como consecuencia, provocan la estimulación del intestino y la actividad para la eliminación de residuos.
  • Lubricantes: son recubrimientos grasos que impiden que se pierda agua en las heces y facilitan así su eliminación.
  • Emolientes: disuelven los residuos y los ablandan, facilitando su expulsión.
  • Osmóticos salinos: favorecen la salida de líquidos al intestino y, de esta forma, aumentan el volumen en esta zona y favorecen el tráfico intestinal.
  • Estimulantes: provocan contracciones musculares en el intestino y, sobre todo, en el colon. Son muy eficaces, pero se aconseja no abusar de ellos, ya que pueden llegar a crear dependencia.


Fuente: Departamento Médico de Laboratorios Cinfa