Si echamos la vista atrás a los tiempos donde apenas levantábamos un
palmo del suelo, seguramente en muchos de nuestros recuerdos aparezcamos
con un juguete en la mano. Y el día de Reyes fuese, seguramente, el más
esperado del año. Los juguetes, al igual que todo, cambian generación
tras generación pero todos, al fin y al cabo, tienen un mismo objetivo:
el disfrute y el desarrollo cognitivo y social de los niños.
"El juego debe ser parte esencial del desarrollo del niño",
asegura a EL MUNDO Susana Pascual Valle, psicóloga infantojuvenil del
centro AGS-PsicólogosMadrid.com. Sin embargo, nunca debemos obligar al
niño a jugar a algo que no sea de su agrado pues "muchas veces nos
encontramos con situaciones para las que todavía no está preparado,
(aunque no es frecuente) y sólo conseguiremos que se sienta presionado y
pierda las ganas de jugar".
También es recomendable, señala esta experta, que el juego siempre se haga en compañía,
bien de otros niños (amigos o hermanos) o incluso de sus padres, lo que
fomentará el vínculo de unión y confianza entre progenitores e hijos.
Pero en esto, hay algunas excepciones. Por ejemplo, "en el caso de niños
con problemas de atención y/o hiperactividad o impulsividad, son más
recomendables los juegos que deban realizarse individualmente", señala
la experta.
Nueve claves para elegir un juguete
Tanto padres como educadores actúan como un puente entre todas las
posibilidades de juego que existen hoy en día en el mercado, por tanto,
esa elección es muy importante. Con todo ello, ¿cuál es el abanico ideal
de regalos para los más peques de la casa en el tan esperado
día de Reyes? La especialista en psicología infantil ofrece nueve claves
principales. Lo más importante es que se adecúen a sus preferencias. De nada vale, obligar al niño a jugar con algo que no quiere.
- Los juguetes deberían fomentar las actividades al aire libre.
- Son preferibles los juguetes de grupo para que así el niño aprenda a compartir con sus iguales y a desarrollarse socialmente.
- Mejor los sencillos. Hacen más fácil el desarrollo de sus capacidades de abstracción e imaginación. Altamente recomendables son aquellos en que el niño pueda ser el protagonista de las escenas de juego.
- Hay que evitar los juguetes sexistas y los que promueven la intolerancia o la violencia. Una de las funciones del juego es el aprendizaje de valores.
- Siempre optar por aquéllos que se adecuan a las preferencias del niño. No conseguiremos nada regalando un juguete que estimule, por ejemplo, las actividades musicales cuando eso no es lo que quiere el niño en ese momento.
- Es erróneo, y un mito, pensar que si compramos un juguete destinado a niños más mayores ayudaremos a que el desarrollo del hermano menor vaya más rápido. Puede que al hacerlo conlleve efectos negativos.
- En todas las edades y etapas, un libro siempre será bienvenido y es ideal como complemento a otros regalos de tipo recreativo.
- Deportes. Siempre está muy indicado inculcar la práctica de alguna actividad deportiva. Todo depende de sus gustos y de las circunstancias de cada familia. Desde unos patines con su correspondiente equipo de protección a una raqueta o una pelota de voleibol, fútbol o baloncesto, etc. En ciertas edades, sobre todo a partir de los seis años, es más importante la práctica deportiva, por lo tanto serían los momentos en los que nuestro regalo podría significar un gran avance en el desarrollo del niño.
- Ropa. No suele tener un significado especial para los niños pequeños, pero sí lo hace cuando la prenda está relacionada con su personaje de dibujos favorito (ej: pijama de Spiderman, zapatillas de Bob Esponja etc). A partir de la adolescencia o pre-adolescencia es cuando la ropa en sí empieza a tener un lugar más destacado e importante.
Móviles no, gracias
Algo que rechazan los expertos es el uso del móvil entre los más
pequeños. Según los datos del INE, "el 25% de los niños de 10 años ya
tiene uno, porcentaje que se eleva al 58% si se pregunta a los que ya
tienen 12 años". De este modo, Raúl de la Rosa, responsable del área de
contaminación electromagnética de la Fundación Vivo Sano, pide que se
prohíba los dispositivos móviles a niños menores de siete años. "Ningún
niño, y menos aun los que son más pequeños, debería utilizar teléfonos
móviles Al estar en fase de desarrollo, son más vulnerables a las radiofrecuencias que emiten", avisa.
Por su parte Pascual Valle mantiene que "nunca deberíamos olvidar
cuál es la finalidad básica de un teléfono móvil: estar en contacto con
las personas". Por ello, dice, la premisa básica que deberíamos seguir a
la hora de tratar este tema es que el teléfono móvil es un simple
aparato electrónico y como tal puede tener aspectos positivos y
negativos.
En este sentido, comenta, hay que pensar en las necesidades básicas del menor.
En algunos casos, un móvil puede dar tranquilidad a los padres si, por
ejemplo, el niño se tiene que desplazar varios kilómetros para ir al
colegio, pero también, explica la especialista, tenemos que tener en
cuenta las consecuencias negativas: "Cada día hay más casos de acoso
escolar (bullying) y de chantaje a menores tras haber enviado mensajes o fotos con contenido erótico/sexual (sexting)". De este modo, hay que pararse a reflexionar en que, "abriendo una puerta tan importante a la comunicación, estamos abriendo una grieta para que se vulnere más fácilmente la intimidad del menor", afirma contundente.
En el caso de los demás aparatos electrónicos, como videojuegos,
tabletas y ordenadores, puede ser positivo, según Pascual. Siempre
dependiendo del uso que le demos (es importante marcar un tiempo fijo
que juego, no más de 30 minutos al día, por ejemplo), y
que no fomenten la violencia. "Los sonidos e imágenes brillantes que
facilitan estos aparatos facilitan ciertos aprendizajes al hacerlo de
manera más distendida y divertida para el niño. Un ejemplo son las
nuevas tabletas y ordenadores para el aprendizaje de idiomas,
matemáticas, etc", concluye.
Fuente: El Mundo / Salud
Imágenes: http://lavozdelhulp.files.wordpress.com y revistaecclesia.com