miércoles, 18 de diciembre de 2013

Sexualidad más allá de los 40

La edad sexual, como cualquier otro aspecto de salud, necesita cuidados y alguna o bastante dedicación. Si nos despreocupamos  de ella, es muy posible que con el paso de los años la satisfacción pueda disminuir, como sucede en otros aspectos de la vida.
¿La edad modifica la sexualidad?
No necesariamente. La edad por sí misma no tiene porqué influir, pero es cierto que existen   algunas situaciones que pueden interferir. Sabido es que una vida sexual regular y satisfactoria, independiente de la edad, tiene  beneficios para la salud general y también que el deseo sexual puede mantenerse a lo largo de la vida; sólo la enfermedad o  algunos fármacos pueden alterarlo. Las razones del abandono de la vida sexual podemos encontrarlas, además de lo comentado,  en la monotonía, en los muchos años de vida en pareja, en el desinterés erótico y también en el miedo del varón al fracaso.
¿Y la sequedad vaginal?
Uno de los principales motivos de consulta a una cierta edad es la sequedad vaginal y consecuentemente el dolor con la penetración. Los estrógenos, que disminuyen en la menopausia, son casi siempre los causantes, como también lo son de la  sequedad de piel y de la pérdida de elasticidad. La vagina se estrecha, desaparecen los pliegues de la mucosa vaginal y el flujo  vaginal prácticamente desaparece, lo que dificulta las relaciones sexuales. Afortunadamente la solución es fácil, aunque  permanente en el tiempo; eso implica, pues, constancia por parte de la mujer. El objetivo es hidratar la vagina, ya sea a largo  plazo o en el momento de la relación sexual. La mujer menopáusica que además tiene sofocos y su médico le ha indicado tratamiento hormonal, tendrá solucionado este problema porque los estrógenos que le han prescrito se encargarán también de recuperar la salud vaginal, pero sabemos que son menos del 5% las mujeres que hacen ese tipo de tratamiento, por lo que la  mayoría deberá solucionarlo con otros productos no hormonales y también eficaces. Son las cremas y geles hidratanteslubricantes vaginales. Disponemos también en el mercado de otros productos cada vez más demandados, como los aceites  intimos que favorecen unas relaciones sexuales más cómodas y placenteras.
Mi recomendación es persistir de una manera constante con la aplicación de hidratantes vulvo-vaginales y acompañarlo en el momento de las relaciones sexuales con los otros productos que he citado, según necesidades y preferencias. También deberían utilizar hidratantes vaginales y vulvares aquellas mujeres que no tienen pareja ni relaciones sexuales, pues tanto la vulva como la vagina necesitan hidratación para evitar picores secundarios a la sequedad y, por otra parte, siempre hay que estar preparada por si más adelante surge algún cambio en este apartado.

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Algunos aspectos de la sexualidad

Para ilustrar de alguna manera el perfil actual de la mujer menopáusica española, creo interesante aportar algunos resultados del Estudio MUMENESP, que como Directora Nacional presenté este mes en Málaga, en el 3er Congreso Mundial de Sexología Médica. Participaron en el estudio 165 ginecólogos y más de 3000 mujeres menopáusicas; refirieron sequedad vaginal el 54% y dolor con relaciones sexuales más del 50% de ellas. Una de cada tres nunca alcanza el orgasmo, y una de cada 4 mujeres refiere ansiedad o inquietud ante la idea o posibilidad de tener una actividad sexual con su pareja. Preguntamos con que frecuencia eran ellas las que daban los pasos iniciales para provocar un encuentro sexual con su pareja u otra persona, y más del 60% nunca iniciaba el encuentro sexual, solo 10 de cada 100 mujeres mostraba iniciativa.
La satisfacción sexual no está relacionada con mucha o poca actividad sexual, ni incluso con monotonía en la misma. La mitad de las mujeres mayores de 50 años manifiestan estar satisfechas con su vida sexual, mientras que el 25% dice estar poco o muy insatisfecha. Las más satisfechas son las casadas y las de mayor edad. Tal vez pueda influir, entre otros, el conocimiento de los gustos y preferencias de la pareja y el nivel de expectativas.

Fuente: Escrito por Dra. Chus Cornellana Puigarnau Ginecóloga (DDermis)
Imágenes: enfemenino.com y practicopedia.com