Puede haber una conexión genética entre el autismo de los niños y los problemas lingüísticos de otros miembros de la familia, según un nuevo estudio.
Los investigadores observaron a 79 familias que tenían a un niño con autismo y al menos un niño con problemas con el lenguaje. Los padres, los hijos y los abuelos (e incluso las tías y tíos en algunos casos) de las familias se sometieron a análisis genéticos y a una serie de pruebas a fin de evaluar su gramática, vocabulario y habilidades de procesamiento del lenguaje.
El estudio halló que los genes de una región estrecha de dos cromosomas (15q23-26 y 16p12) que son responsables de los problemas con el lenguaje oral y escrito pueden resultar en características conductuales parecidas, de modo que un familiar tenga autismo y el otro solo dificultades lingüísticas.
Aproximadamente la mitad de los niños con autismo tienen hasta cierto punto un problema con el lenguaje.
Además de los hallazgos sobre el lenguaje, los investigadores también descubrieron una evidencia potente de la existencia de un vínculo genético en las áreas de las conductas repetitivas obsesivo-compulsivas y de las habilidades de interacción social, que son otros síntomas asociados con el autismo, según el estudio.
Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 30 de octubre de la revista American Journal of Psychiatry.
"Intentamos encontrar factores genéticos que podrían conectar a este grupo de familias", comentó la líder del estudio, Linda Brzustowicz, catedrática del departamento de genética en la Universidad de Rutgers, en un comunicado de prensa de la universidad.
"Esta investigación es importante porque es difícil entender el autismo hasta que hallemos los genes que estén involucrados", indicó.
El próximo paso en esta línea de investigación es secuenciar el genoma entero de los participantes del estudio, para comparar a las familias para ver si hay algunos genes específicos o mutaciones que son comunes a todos.
Brzustowicz y su equipo han estado estudiando las influencias genéticas del autismo en las familias durante la última década, y están abriendo el estudio a nuevas familias con autismo conforme continúan su investigación durante los próximos 4 años.
"Esto no es más que el principio", dijo Brzustowicz. "Estamos encontrando evidencias de similitudes genéticas con la esperanza de ser capaces de identificar los objetivos que podrían responder a los tratamientos [con medicamentos]".
Fuente: HealthDay / Medline Plus