Los trastornos en el organismo provocados tanto por
el cambio de hora de verano como por el de invierno
son pocos y suaves, fundamentalmente cansancio y alteraciones en el estado de
ánimo, y están "controlados" por el hipotálamo, una región situada en
la base del cerebro que regula el ciclo sueño/vigilia.
En la madrugada del sábado al domingo a las tres de
la madrugada hora peninsular hay que atrasar los relojes una hora, con lo que
ese día tendrá, oficialmente, una hora más, y se recuperará así el horario de invierno que, según los expertos, afecta
"poquísimo".
El organismo, y quien rige todo su funcionamiento,
el cerebro, se ajusta a lo largo del año a los diferentes ciclos de
luz-oscuridad y al cambio de hora.
El hipotálamo, que se encuentra más o menos tras las
cuencas de los ojos, es una región que pertenece al sistema de las emociones
del cerebro y regula el ciclo del sueño y la vigilia, ha explicado a Efe Manuel
Martín-Loeches, de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), quien ha
afirmado que éste posee además un "reloj interno" que con el cambio
de hora se ve "descompensado o desincronizado".
El cerebro, y más concretamente la glándula pineal,
ha continuado este investigador, segrega melatonina, una hormona que producirá
cambios inmediatos en el cerebro para que nos durmamos.
"Quien decide en qué momento la glándula pineal
tiene que segregar melatonina es el hipotálamo", según Martín-Loeches,
quien ha apuntado que el momento lo decide en función de la luz ambiente:
"Cuando se hace de noche hay que segregar melatonina para dormir".
Al hipotálamo le llega la luz ambiente a través del
nervio óptico y es así como sabe que es de día o de noche.
Ahora bien, "el hipotálamo tiene un reloj
interno para su funcionamiento: toma en cuenta la luz del día, sí, pero lo más
potente es su regulación interior; por eso existe el jet-lag".
"Y por eso vienen los problemas del cambio de
hora, sean de invierno o de verano", ha confirmado este investigador,
quien ha añadido: "Con el cambio de hora le estamos pidiendo al hipotálamo
que se adapte más rápidamente de lo que sería su velocidad normal".
Al hipotálamo, además de la luz, también le llega
información de prácticamente todo el organismo y el cerebro, sobre todo de
áreas emocionales, por eso con el cambio de hora hay que jugar con todo esto,
que entraría en conflicto, según este experto.
"Habría un conflicto entre lo que dice el
hipotálamo (es hora de irse a dormir), que además se refuerza con el ambiente
porque se hace de noche una hora antes, y con lo que dice el reloj (todavía no,
espera una hora más"), ha apuntado este investigador también del Instituto
de Salud Carlos III, quien ha dicho que esto provocará que al día siguiente
algunas personas tengan cansancio, pasajero.
Martín-Loeches ha recomendado para evitar posibles
trastornos adaptarse cuanto antes al nuevo horario.
Este cambio
de hora tendría alguna pequeña
ventaja respecto al de verano porque este fin de semana hay oportunidad de
dormir una hora más.
Antonio Díez Noguera, catedrático de Fisiología en
la facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona, ha detallado a Efe que
los posibles cambios están provocados precisamente no tanto por el cambio de
hora sino por la hora de más o menos que se pueda dormir.
Díez ha remachado que en todo caso los cambios de
este "mini jet-lag" influyen mínimamente.
Según este profesor, de afectar lo hace más en niños
y en personas mayores.
"Los jóvenes sufren cambios horarios mucho
mayores los fines de semana cuando salen y probablemente esto tenga más
repercusión en el organismo, de hecho se está estudiando, pero nadie le da importancia",
ha subrayado este experto de la UB.
Fuente: La Vanguardia