Fuera estrés. Cuando las lágrimas son emocionales
llevan, además de cloruro sódico (sal), una buena dosis de cloruro de
potasio y manganeso, endorfinas, prolactina, adenocorticotropina...
Según explica William H. Frey, bioquímico en el Centro Médico St.
Paul-Ramsey de Minnesota (EE UU), se trata de sustancias estresantes que
dañan el organismo, por lo que la finalidad del llanto podría ser
eliminarlas para mejorar nuestro estado emocional. No en vano, la alta
concentración de manganeso en el cerebro se ha asociado con la depresión
crónica, mientras que niveles elevados de adenocorticotropina están
ligados al estrés y la ansiedad.
Contra la úlcera. Margaret
Crepeau y sus colegas de la Universidad de Pittsburg (EE UU) han
comprobado que las personas que padecen úlcera o colitis crónica, dos
patologías ligadas claramente al estrés, lloran menos que las personas
sanas.
Respira despacio. Un estudio con casi
5.000 hombres y mujeres adultos de 30 países realizado por Jonathan
Rottenberg y sus colegas de la Universidad del Sur de Florida (EE UU) ha
revelado que en una persona estresada, que tiene el ritmo cardíaco
elevado y alta sudoración, el llanto tiene un efecto calmante y ralentiza tanto la respiración como el ritmo cardíaco.
Fuente: Muy Interesante
Imágenes: telegraph.co.uk y the-benefits.blogspot.com