martes, 22 de enero de 2013

Dejar de fumar es posible


Muchos pacientes toman como ejemplo al profesional sanitario que les atiende, quien se presupone debe llevar una vida sana sin hábitos nocivos para la salud. Pero tanto médicos como enfermeras también son humanos, y muchos de ellos tienen debilidades, como lo es fumar. Para un paciente que está deshabituándose al tabaco cobra mucha importancia que la persona que le dirige el tratamiento sea un ejemplo a seguir y, por lo tanto, tampoco fume.

El doctor Sergio Morchón, de la unidad de tabaquismo del Hospital de Bellvitge en Barcelona, recalca la importancia de la imagen que los médicos y el personal sanitario en general dan a sus pacientes.

Los médicos también fuman
No es difícil acudir a un hospital y observar que en las áreas restringidas a fumadores o en los espacios al aire libre, hay personas con bata banca que se están fumando un cigarro. El colectivo médico ha sido siempre uno de los grupos profesionales que más ha fumado, aunque esa tendencia ha ido evolucionando en los últimos 15 años. De hecho la reducción ha sido tan drástica que hoy en día se les considera uno de los colectivos con menos adicción al tabaco. Se estima que el 30% de estos profesionales en toda España son fumadores, mientras que en Catalunya la cifra se reduce a un 20%.
Médico, ¿profesional o persona?
Todos sabemos que un médico tiene más conocimiento sobre cuales son los elementos nocivos para la salud que cualquier persona de a pié. Por lo tanto, nadie mejor que él para saber los riesgos que corre al seguir fumando. Sin embargo, el tabaco constituye un hábito del que es muy difícil deshacerse, por mucho que se sepa que es algo malo. Así que como todos los fumadores, el médico también sabe que lo debe dejar, pero alarga esa decisión en el tiempo como haría cualquier persona.


Los médicos, los peores pacientes
Siempre se ha dicho, tal y como comenta el doctor Morchón, que los médicos son los peores pacientes que puede haber. Los profesionales de la medicina que se someten a tratamientos antitabaquismo muchas veces no hacen caso de todas las recomendaciones de sus colegas, e incluso retocan el tratamiento según su criterio. Creen que en poco tiempo pueden haber solucionado su problema de adicción, algo que no es cierto. Si además médico y paciente trabajan en el mismo hospital ocurre que muchas consultas acerca de su proceso de abandono del tabaco se realizan en los pasillos, sin el tiempo necesario que se tomarían en consulta.
Dejar de fumar sin sufrir
Hoy en día se puede dejar de fumar sin pasarlo mal. Existen tratamientos que bien utilizados y de la manera adecuada hacen mucho más fácil pasar por ese trance como es dejar de fumar. El fumador tiene una adicción a la nicotina y a su vez una adicción psicológica al tabaco. Para la deshabituación física de la nicotina existen tratamientos farmacológicos, pero para el otro tipo de dependencia no. Los tratamientos serán más de tipo psicológico cognitivo conductual. No hay que olvidar que una persona que ya no fuma es como un ex-alcohólico, no puede volver a probar el tabaco. En el momento en que lo haga, aunque solo sea un cigarrillo, se producirá un fenómeno de memoria nicotínica por el cual los receptores de nicotina volverán a entrar en funcionamiento de forma muy rápida, siendo muy probable la recaída.

Fuente: La Vanguardia / Salud
Imágenes:  kelium.org y saludcronica.com