Muchos pacientes toman como ejemplo al profesional sanitario que les
atiende, quien se presupone debe llevar una vida sana sin hábitos
nocivos para la salud. Pero tanto médicos como enfermeras también son
humanos, y muchos de ellos tienen debilidades, como lo es fumar.
Para un paciente que está deshabituándose al tabaco cobra mucha
importancia que la persona que le dirige el tratamiento sea un ejemplo a
seguir y, por lo tanto, tampoco fume.
El doctor Sergio Morchón, de la unidad de tabaquismo del
Hospital de Bellvitge en Barcelona, recalca la importancia de la imagen
que los médicos y el personal sanitario en general dan a sus pacientes.
Los médicos también fuman
No es difícil acudir a un hospital y observar que en las áreas
restringidas a fumadores o en los espacios al aire libre, hay personas
con bata banca que se están fumando un cigarro. El colectivo médico ha
sido siempre uno de los grupos profesionales que más ha fumado, aunque
esa tendencia ha ido evolucionando en los últimos 15 años. De hecho la
reducción ha sido tan drástica que hoy en día se les considera uno de
los colectivos con menos adicción al tabaco. Se estima que el 30% de
estos profesionales en toda España son fumadores, mientras que en
Catalunya la cifra se reduce a un 20%.
Médico, ¿profesional o persona?
Todos sabemos que un médico tiene más conocimiento sobre cuales
son los elementos nocivos para la salud que cualquier persona de a pié.
Por lo tanto, nadie mejor que él para saber los riesgos que corre al
seguir fumando. Sin embargo, el tabaco constituye un hábito del que es
muy difícil deshacerse, por mucho que se sepa que es algo malo. Así que
como todos los fumadores, el médico también sabe que lo debe dejar, pero
alarga esa decisión en el tiempo como haría cualquier persona.
Los médicos, los peores pacientes
Siempre se ha dicho, tal y como comenta el doctor Morchón, que
los médicos son los peores pacientes que puede haber. Los profesionales
de la medicina que se someten a tratamientos antitabaquismo muchas veces
no hacen caso de todas las recomendaciones de sus colegas, e incluso
retocan el tratamiento según su criterio. Creen que en poco tiempo
pueden haber solucionado su problema de adicción, algo que no es cierto.
Si además médico y paciente trabajan en el mismo hospital ocurre que
muchas consultas acerca de su proceso de abandono del tabaco se realizan
en los pasillos, sin el tiempo necesario que se tomarían en consulta.
Dejar de fumar sin sufrir
Hoy en día se puede dejar de fumar sin pasarlo mal. Existen
tratamientos que bien utilizados y de la manera adecuada hacen mucho más
fácil pasar por ese trance como es dejar de fumar. El fumador tiene una
adicción a la nicotina y a su vez una adicción psicológica al tabaco.
Para la deshabituación física de la nicotina existen tratamientos
farmacológicos, pero para el otro tipo de dependencia no. Los
tratamientos serán más de tipo psicológico cognitivo conductual. No hay
que olvidar que una persona que ya no fuma es como un ex-alcohólico, no
puede volver a probar el tabaco. En el momento en que lo haga, aunque
solo sea un cigarrillo, se producirá un fenómeno de memoria nicotínica
por el cual los receptores de nicotina volverán a entrar en
funcionamiento de forma muy rápida, siendo muy probable la recaída.
Fuente: La Vanguardia / Salud
Imágenes: kelium.org y saludcronica.com