La bronquiolitis es la enfermedad del tracto
respiratorio inferior más frecuente en los niños lactantes y menores de
dos años en esta época del año. En realidad se debe a una infección, de
las últimas ramificaciones de los bronquios, llamados bronquiolos,
circunstancia que provoca ahogo y una gran angustia en los niños
pequeños. Con el Dr. Nicolás Cobos, neumólogo pediatra, y consultor
emérito de la Unidad de Neumología Pediátrica del Hospital Universitario
Vall d’Hebron vamos hablar de esta enfermedad que tanto preocupa a los
papás.
¿Qué le pasa a un niño pequeño con bronquiolitis? ¿Los padres pueden identificarlo?
La bronquiolitis es una enfermedad aguda por infección viral que
afecta a los bronquios más finos del aparato respiratorio. La
inflamación que se produce hace que los bronquiolos se obstruyan con
mucha facilidad ya que su diámetro es inferior a 1 mm. El virus que con
más frecuencia la produce es el virus respiratorio sincitial (VRS). Los
criterios diagnósticos de bronquiolitis son fundamentalmente los
siguientes: niño menor de 2 años, presentación muy brusca tras unas 48
horas de resfriado común, con o sin fiebre, tos de intensidad variable,
dificultad para respirar, ruidos respiratorios que conocemos con el
nombre de sibilancias, y presentación durante el período epidémico de
VRS que generalmente se produce en otoño e invierno.
La gravedad de la enfermedad está generalmente relacionada con la
edad. Los lactantes menores de 3 meses son los que tienen mayor riesgo
de hospitalización, y ésta se decide en función de la dificultad
respiratoria y de las necesidades de oxígeno que el niño precise. Cada
año se calcula que ingresan en el hospital a causa de la bronquiolitis,
de 30 a 40 niños por mil, menores de 1 año, que en Cataluña representan
unos 300.
¿Cómo se contagia la bronquiolitis?
El contagio por el VRS es siempre por transmisión directa, es decir,
de persona a persona, ya sea por vía directa a través de las secreciones
respiratorias, o por vía indirecta a través de los objetos de uso
personal de un enfermo. El virus penetra a través de la mucosa nasal o
de la conjuntiva. El período de incubación es de 2 a 8 días. A los 3-6
días del contagio, el enfermo puede a su vez contagiar a otros niños,
durante 6 – 12 días. Para que se produzca el contagio directo de persona
a persona, la distancia que las separa debe ser inferior a 2 metros. El
virus sobrevive más de 30 horas en superficies (objetos, juguetes,
etc), de 1 a 1,5 horas en las manos o guantes y media hora en las ropas.
La enfermedad tiene una duración aproximada de 5 a 7 días y su
intensidad máxima se alcanza entre las 24 y las 48 horas. El tabaquismo
materno durante el embarazo es una causa de que el niño nazca con unos
bronquios de menor calibre lo que puede contribuir a que la
bronquiolitis sea más grave.
Es importante indicar que durante los 2 primeros años de la vida más
del 95% de los niños se infectan por el VRS, pero en la inmensa mayoría
de los casos solo produce un resfriado común sin ninguna importancia.
Solo en algunos casos el virus progresa hasta las vías respiratorias
bajas dando lugar a una bronquiolitis y en otros casos a una neumonía.
¿Existe tratamiento específico para la bronquiolitis? ¿Con esta medicación, los síntomas mejoran rápidamente?
No existe ningún tratamiento eficaz para el VRS. Las medidas
generales para el tratamiento de la bronquiolitis a domicilio, y por
consiguiente leve o moderada, se basan en asegurar la toma de líquidos
para mantener una buena hidratación, favorecer la posición boca arriba
con una inclinación positiva de la cabecera de la cama de unos 30º,
lavados nasales con suero fisiológico, evitar factores irritantes de
cualquier tipo (tabaco, humos), controlar la temperatura y vigilar la
aparición de signos de empeoramiento para acudir a urgencias (dificultad
respiratoria , mal color, agitación o somnolencia no habituales,
rechazo del alimento, vómitos etc.
En los casos los casos de bronquiolitis moderada-grave o grave, se
acostumbra a prescribir tratamiento con fármacos de eficacia no
demasiado evidente, tales como los broncodilatadores, del tipo del
salbutamol, o del tipo de la adrenalina nebulizada, posiblemente mucho
más eficaz, glucocorticoides, y antibióticos cuando existen signos de
infección bacteriana. Lo que sí es fundamental es el aporte de oxígeno
cuando el niño lo precise.
En los niños de alto riesgo por su gran prematuridad, o por hallarse
afectos de determinadas enfermedades congénitas cardíacas y
respiratorias fundamentalmente, se les administra de manera profiláctica
anticuerpo monoclonal humanizado frente al virus VRS con buenos
resultados. Este tratamiento se establece únicamente a nivel
hospitalario.
¿A partir de los dos años el riesgo de sufrir bronquiolitis disminuye considerablemente?
Efectivamente. Es más, a partir de los 2 años los consensos
internacionales nos dicen que ya no debemos de efectuar el diagnóstico
de bronquiolitis en los términos que acabamos de describir. Siempre se
tratará de un niño menor de 2 años. La gravedad está en relación inversa
a la edad del niño. Cuando un niño presenta más de dos procesos
compatibles con el diagnóstico de bronquiolitis, hemos de pensar siempre
en otras posibilidades diagnósticas.
Es importante tener en cuenta que los niños que padecen una
bronquiolitis moderada-grave, o grave, con mucha frecuencia desarrollan
una gran facilidad para padecer bronquitis obstructivas durante los dos
inviernos siguientes, y en algunos casos incluso desarrollar asma.