Las conversaciones sobre las funciones corporales son una parte imprescindible en el día a día de cualquier médico. Como nefrólogo o especialista del riñón, me toca hablar muchas veces sobre la orina porque, en fin, la principal tarea de los riñones es filtrar los desechos y las toxinas de la sangre. Todos los desechos y las toxinas tienen que irse por algún sitio si queremos eliminarlos de nuestro cuerpo. El resultado, por tanto, es la orina.
De media, los riñones filtran 200 litros de sangre al día. Cuando los riñones están sanos, unos 198 litros de sangre vuelven al sistema sanguíneo. Normalmente, los riñones realizan su trabajo con tanta precisión que la mayoría de la gente no se acuerda de dichos órganos en su día a día, al comer, beber, ir al baño... (sí, ahí es donde se van los otros dos litros restantes). El complejo sistema de filtración de los riñones lucha constantemente por encontrar el equilibrio entre mantener los minerales y compuestos que necesita el cuerpo y eliminar el resto por medio de la orina.
Estoy impaciente por ayudarte a conocer mejor tus riñones y su producto final, es decir, la orina. Se mire como se mire, la orina contiene información valiosa sobre la salud. Por tanto, si todavía no se te ha ocurrido examinarla, es el momento de hacerlo. No tires por la borda (o por la taza del váter) toda la información útil que te ofrece la orina. Aquí tienes 5 claves para entenderla:
1. Las cosas, claras.
De forma literal y figurada. El color o la "concentración" de tu orina indica si estás hidratado o no. Si tu orina es de color amarillo oscuro, quiere decir que está más concentrada y que puede que estés deshidratado. Cuando la gente está deshidratada, los riñones intentan conservar los fluidos en el cuerpo y, como consecuencia, no producen demasiada orina. La deshidratación también puede provocar piedras en el riñón, pues deja que los minerales se concentren y acumulen en los riñones y las vías urinarias. Una de las mejores medidas para evitar las piedras en el riñón es beber mucha agua, lo que se traduce en una orina más clara.
2. Además de observar su color, conviene prestar atención al olor.
No hace falta que hagamos un repaso a todo el círculo cromático, pero si tu orina no es amarilla, puede que sea señal de algo serio (por ejemplo, sangre en la orina) o puede que solo refleje un cambio en tu dieta, por lo que es importante conocer las "normas de la orina". Para ello, deberías fijarte en si los cambios en tu orina coinciden con un cambio en tu dieta.
¿Tiene un tono rosado? Si últimamente has comido remolacha o algo con remolacha, puede que tu dieta tenga algo que ver. La presencia de glóbulos rojos también puede hacer que la orina adquiera un color rosado, rojo o "del color de la Coca-Cola", por lo que conviene reconocer las reacciones normales de tu cuerpo a los diferentes alimentos y medicación. Por otra parte, no solo los colorantes a base de remolacha pueden aparecen en tu orina; lo mismo ocurre con otro tipo de colorantes así que tenlo en cuenta.
Si tu orina tiene un olor raro, probablemente la dieta sea también la culpable. Algunos alimentos, como el espárrago, pueden afectar a la apariencia y al olor de tu orina. Asimismo, habría que aplicarlo a los medicamentos y a los suplementos alimenticios. Las vitaminas pueden hacer que tu orina tenga un olor fuerte.
La orina te proporciona algunas claves para tu salud, pero es imprescindible saber cuándo deberías consultar a tu médico para que, en caso de que hubiera algún problema como sangre en la orina, te pudiera realizar las pruebas necesarias para un diagnóstico.
3. Signos prematuros de daños en el riñón.
Las proteínas en la orina son unos de los signos que primero aparecen cuando hay daños en el riñón, especialmente en la gente con diabetes. Las proteínas en la orina pueden crear demasiadas burbujas que no se expulsan con la orina. Acuérdate de pedir un análisis de orina anual para controlar la presencia de proteínas en la orina, sobre todo si formas parte de un grupo de riesgo, ya sea por tu edad (mayores de 60), por una tensión arterial demasiado elevada o por tu historial familiar.
4. Signos de diabetes.
La palabra "diabetes" significa orinar demasiado con demasiada frecuencia. Cuando hay demasiado azúcar en la sangre y el cuerpo no es capaz de procesarlo de forma correcta, los riñones se ven saturados. Si tu orina tiene un olor "dulce", puede indicar la presencia de azúcar. El azúcar en la sangre puede ser signo de diabetes o prediabetes, por lo que es importante hacerse análisis de sangre para confirmar (o refutar) el diagnóstico. La diabetes es la causa principal de enfermedades en el riñón; incluso la prediabetes puede dañar los riñones. En definitiva, hay casos que merecen tu atención y que deben ser tratados.
5. Una infección.
La infección en las vías urinarias (IVU) ocurre cuando las bacterias (los gérmenes) acceden a las vías urinarias y se propagan. El aparato urinario se compone de la vejiga, la uretra, los uréteres y los riñones. Las bacterias normalmente entran al aparato urinario a través de la uretra, el conducto por el que se expulsa la orina. Si la IVU no se trata a tiempo, las bacterias pueden llegar a los riñones y causar una infección más grave. Entre los síntomas de IVU se incluyen una necesidad excesiva de orinar (a menudo, solo unas gotas), sensación de quemazón al orinar, orina con sangre y un olor fuerte, especialmente a amoniaco.
Fuente: www.huffingtonpost.es
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